Pont de Salenques – Barranc d’Anglos (29-4-12)





Sudor, barro, piedras mojadas y nieve. Principales elementos que nos acompañan en nuestras caminatas primaverales. El día comenzaba “tarde” para hacer algo en el monte. Pero el plan era en principio simple. Descubrir el Refugio d’Anglos. No se porqué pero al amigo Roger y a mi nos fascina conocer las posibilidades de refugiarse en estos sitios y tener alrededor un mar de montañas.
Cogemos la N-230 para llegar al pont de Salenques y en la carretera se nota la llegada de la primavera y del gran premio de Jerez, a pesar de estar a mas de 1.000km de distancia.

El coche lo dejamos en el parking de la nacional. Nada mas salir del vehículo comprobamos como ha bajado la cota de nieve. Nada mas y nada menos que 12 grados en 12 horas. Ayer cuando hacíamos el trayecto Arinsal – Pont de Suert, en la cota 1700 llegaba la tempera a 10 grados y hoy esa cota está bajo cero y cubierta de nieve.


Comenzamos la marcha por el gr 11 sin precipitaciones pero poco dura la alegría. A los 30 minutos empezamos a sentir la humedad que nos calaría el resto del día. Pero merecía la pena, nunca había vistos el río Salenques con tanta agua.




En algunos tramos el agua convierte el gr en parte del río. Y lo que eran pequeños puentes de madera se convierten en puentes flotantes que van a parar contra las piedras.


Seguimos cruzando la obaga de Salenques pisando las hojas caducas debajo de árboles que pronto volverán a brotar con la primavera que se acerca. Pero esa primavera parece lejana viendo como a nuestro alrededor se acumula más y más nieve.


Contemplando y sintiendo bajo nuestros pies este grosor de nieve, decidimos ponernos las polainas. Estamos a 1.700m y precipita cada vez mas fuerte, lejos de abrirse el día, como indicaban algunas previsiones, parece que se va cerrando mientras mas avanzamos.




Cuando el bosque va llegando a su fin, aparecen las piedras que con su capa de nieve reciente nos complican la marcha. Algunas veces la capa es tan densa que nos permite pasar por encima, pero en otras ocasiones caemos al vacío entre piedra y piedra y esto nos hace perder tiempo y energías.

Por si fuera poco, las marcas del gr se tapan de nieve y a veces nos desviamos sin querer de un buen trazado. Todo esta blanco y lo que parece el camino adecuado se acaba convirtiendo en canales elevadas y resbaladizas.






Cerca de los 2.000m de altura, divisamos un buen y robusto árbol. Es de los últimos del bosque y tras él esta el collado d’Anglos. Superado este collado en principio se divisa el refugio y los ibones, pero va a ser que no. La densa niebla no deja ver detrás del árbol y el espesor a partir de esta altura supera los 30cm recientes. Sumados a los cm precipitados días atrás la continuación es poco viable.
Al menos llegaremos a este árbol para reponer líquidos y azucares, pero los 100m de distancia que nos separan de él nos cuesta superarlos 20 minutos. Ya si, definitivamente hoy hemos llegado a la cota 2.000 y punto.



 A la vuelta, comprobamos como en 30min nuestras huellas prácticamente han sido tapadas por la nueva nieve. Realmente nos sorprende la intensidad de la nevada tanto en cantidad como en cota, ya que mientras avanza el día, lejos de subir se desploma 300-400m mas.
Disfrutamos de la bajada, sin prisa pero sin pausa, porque nuestra ropa ya hace que ha calado y no queremos un resfriado que nos fastidie una salida montañera para el martes (que dan buen tiempo).





Cuando comenzamos a andar el paisaje no se teñía de blanco continuo hasta llegar a los 1.700m pero ahora la cota ha bajado bastante. Incluso donde hemos aparcado a 1.400m la nieve hace acto de presencia.











Una vez dentro del vehículo, entramos en calor y comemos tranquilamente. La nieve no nos ha dado tregua ni para comer.
La verdad que aunque no hayamos visto el refugio, el día a estado animado. Tanto a Roger como a mi nos gustan los paisajes blancos y el frío. Para nosotros es un lujo disfrutar de este ambiente invernal a las puertas de mayo.
De vuelta a Pont de Suert, observamos que el tiempo es algo distinto. Aquí no llueve pero si que amenaza con caer algo. Pongo la ropa a secar, como bien y me pego una buena siesta de 1h. Al ponerme en pie mi ropa está seca, me la vuelvo a poner y vamos a la vía ferrata. Roger y yo queremos practicar los rápeles y este día gris no nos va a fastidiar el plan.




 A pesar de que la roca está mojada y de algunas gotas, hicimos lo pensado y adquirimos un poco mas de experiencia para salvar situaciones de riesgo mientras hacemos los tres miles del pirineo.


Y que mejor forma de escribir y acabar esta crónica que tener justo un frente esta estampa invernal.








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